lunes, 5 de marzo de 2012

EL FALSO DISCIPULO

Es de vital importancia distinguir lo falso de lo verdadero.

Las marcas de seguridad en un billete, el estudio de la firma de un pintor, el control de la etiqueta en una prenda de vestir, son esfuerzos que se realizan para hacer esta distinción. Vivimos rodeados e invertimos gran parte de nuestro tiempo y dinero en esta actividad: distinguir falso de verdadero.

Ahora bien es sumamente importante para nuestra salvación el conocer si somos discípulos falsos o verdaderos.

Jesús hablando de este tema muestra las "marcas de seguridad" que distinguen a un verdadero discípulo:

El verdadero discípulo se caracterizara por:


Amar todo un poco menos que al Señor


“El que quiere a su padre o a su madre más que a mí
no es digno de mí;
el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí
no es digno de mí”
Mateo 10:37


Estar dispuesto a morir de la forma más humillante posible


“y el que no toma su cruz y me sigue
no es digno de mí.”
Mateo 10:38


Perder la vida de la manera que el mundo interpreta que se pierde y ganar una vida de la manera en que Dios interpreta que se gana.


“El que encuentre su vida, la perderá,
y el que la pierda por mi causa, la encontrará.”
Mateo 10:39

Si se quiere entender claramente lo que Jesús quiso decir con estas palabras será bueno mirar el ejemplo de la iglesia primitiva:

-Amaron al Señor más que a cualquier otra persona de este mundo.

-Perdieron por amor al Señor sus familias, casas, trabajos, posición social y patria (y claro está, toda comodidad, lujo, acceso a buena comida o ropa)

-Siempre –indefectiblemente- entendieron que lo que podía haber mas cerca, la bendición más inmediata que podían recibir en el momento de su conversión, no era sanidad o prosperidad sino el ser torturados hasta morir por su Señor.

Esto dá por tierra con la idea de la iglesia súper prospera, que tiene riquezas, poder mundano, casas, autos de lujo, negocios etc. Ese amor a esta vida y a las cosas materiales es anti- evangélico.

Ahora bien, da la impresión que si se predica este evangelio de la cruz y la negación nadie se va a convertir y por el contrario la predicación de que Dios transformara autaomaticamente a la persona en alguien prospero, sano y con un hogar feliz atraerá mucha gente al reino de Dios: MENTIRA DIABOLICA. La predicación de la cruz y la negación que predicó la iglesia primitiva, convirtió a casi todo el mundo romano en dos siglos. La misma predicación hizo crecer a la Iglesia soviética y a la iglesia china, en medio de una horrible persecucion.

La predicación de la “felicidad ahora” de la Iglesia moderna no solamente no gana a nadie sino que pierde año a año porcentajes significativos de creyentes. Esto sin mencionar la gran cantidad de creyentes (no cristianos) que albergan las iglesias (personas tramposas, avaras, superficiales, carnales, que aman mas su propia comodidad que al prójimo) y era natural que esa predicación engendrara a tales creyentes.

Siendo que vemos a países de raíz protestante (Alemania, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos por ejemplo) perder año a año el uno o dos por ciento de los asistentes a sus iglesias, y vemos de la misma manera como en esos mismos países crecen religiones como el Islam un uno o dos por ciento anual, deberíamos considerar volver a la verdadera predicación.

El verdadero discípulo tendrá su mirada puesta en el galardón que le dará su Señor y no el hombre o el mundo o no será verdadero discípulo.

Señor ayúdame hoy a tomar la decisión correcta de ser quien debo ser.