miércoles, 20 de julio de 2011



GRANADAS…

Éxodo 28, termina de describir, la vestidura sacerdotal, que involucra al pueblo, y comienza a hablar, de aquellas vestiduras que tienen que ver con el sacerdote en si.

Lo cubre al sacerdote un manto. Lo que hace especial a este manto, es que en el borde tiene “granadas y campanitas” intercaladas (28:33-34)

No piense que una granada, es aquel artefacto bélico, que se lanza y produce una explosión. No, la granada, es una fruta.

Personalmente creo que la granada es una de las frutas más difíciles de comer. Si usted nunca ha comido una, no se ha perdido de nada, se lo aseguro. Debe ser quizá, la única fruta que contiene dentro de si, mil frutitas pequeñas. O sea tiene cientos de semillas, y cada semilla esta levemente rodeada por una pulpa dulce. Claro que si bien la pulpa tiene buen sabor, no así las semillas, las cuales no se deberían comer.

Así que usted se vera tentado, a morder aquello, y una vez que lo haga tendrá cientos de semillas en su boca, con una delgadísima capa de pulpa que las recubre y que tampoco es la reina de las delicias. Y para colmo, no sabrá que procedimiento llevar a cabo para lograr desprender la pulpa de la semilla (si succionar o intentar morder) Y si logra resolver este problema se encontrara con otro aun peor: Que hacer con las semillas que han quedado en su boca. Una situación verdaderamente traumática le aseguro.

Pero hay mucho de simbólico en el tema. Piense sino, en el protagonismo que tienen los “bordes de los mantos” en la Biblia: este del que estamos hablando, aquel que David, cortó a Saúl en la cueva, o aquel otro que la mujer con flujo de sangre toco y fue sanada etcétera.

Y quizá no halla un símbolo mejor para el fruto del Espíritu, que la famosa granada.

El Fruto del Espíritu, no son las almas que se ganan, o llenan una Mega-iglesia. El Fruto del Espíritu no es la palabra inspirada que usted pueda tener. El Fruto del Espíritu no son dones tales como sanar enfermos o expulsar demonios. El Fruto del Espíritu es aquello que describe Gálatas 5:22 y no son “Los Frutos del Espíritu” (en plural) Sino “El Fruto del Espíritu” (en singular).
Tal como la granada, es un solo fruto, pero compuesto por muchas virtudes “dulces” (Amor, Gozo, Benignidad… etcétera) y semilla.

El fruto es lo que provee reproducción. La semilla siempre esta en el fruto. O sea que sin “fruto” no hay crecimiento.

¡Cuidado! crecimiento no es: “multitud”. Usted puede tener crecimiento cero, y ser seguido por multitudes, o por el contrario, tener un enorme crecimiento, y tener escasísimos seguidores. Se me vienen a la mente Job, que ni su propia esposa lo seguía; o Jeremías con Baruc y un eunuco de seguidores; o Pablo con su: “todos me han abandonado” de la segunda carta a Timoteo; o del Mesías mismo, que en su hora mas oscura, solo fue seguido por su madre, el discípulo amado, y un par de mujeres mas. ¿Tenían “fruto” estas personas que mencione? ¡Si, por supuesto! ¿Tenían el crecimiento al que nosotros llamamos “crecimiento”? Vale decir: enormes templos, multitud de seguidores, poderío económico, reconocimiento social etcétera. Bueno ¡absolutamente no! ¡Todo lo contrario! Job estaba enfermo, Pablo y Jeremías presos y el Mesías estaba siendo torturado en la cruz. Pero le garantizo que eran cuatro “gigantes” espirituales.

En el borde del manto: fruto. Toda persona se conoce por su fruto. Pero en especial manera un sacerdote como usted. A la luz de Gálatas 5:22 ¿Cómo esta adornado el borde de su manto? ¿Hay muchas “granadas”, o a fuerza de arrastrar el manto por el suelo los frutos que lo adornaban se han ido desprendiendo? Medítelo sacerdote.


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