viernes, 29 de julio de 2011

CAMPANITAS



Así que según Éxodo 28:33-34 al sacerdote lo cubría un manto. Y lo que hacia especial a este manto, es que en el borde tenia “granadas y campanitas” intercaladas. Ya he escrito anteriormente acerca de las “granadas”. Hoy quiero referirme a las “campanitas”.

Aunque en algunos pueblos de Europa tratan de hacer melodías con los campanarios de sus iglesias batiendo con cierta sincronización y arreglo sus enormes campanas de bronce; usted estará de acuerdo conmigo, que la campana no fue pensada para ser un “instrumento musical”. Si usted trata de recordar conmigo las campanas que escuchó, se dará cuenta que las campanas fueron pensadas mas bien, para hacer algún tipo de ruido. Por ejemplo la campana de una iglesia llamando a misa, o la campana (cencerro) en el cuello de una vaca para poder ubicarla (me parece que las vacas tienen “cogote” y no cuello, pero bueno) O quizá usted haya ido al colegio en épocas prehistóricas, -como yo- donde las maestras, tocaban una campana de mano para dar aviso de que había terminado el recreo (quizá de aquí me viene el odio visceral por este instrumento) y en aquel tiempo, las maestras le daban el “privilegio” de tocar la campana a las “buenas alumnas” que siempre rodean a las maestras, en lugar de estar corriendo, transpirando y embarrándose como cualquier ser mas o menos normal (ahora veo de donde me viene el odio visceral a las “buenas alumnas” -es broma, no odio ni a las unas, ni a las otras-)

Bueno dejando en paz a aquellas, vacas, buenas alumnas y jorobados que tocan campanas en los campanarios y volviendo a nuestro sacerdote: ¿para que quiere un sacerdote tener campanas en el borde de su manto?

He escuchado decir a algunos predicadores que el pueblo ataba una cuerda en el tobillo del sumo sacerdote, cuando este entraba al lugar santísimo. Si por largo rato se dejaban de escuchar las campanitas, era porque el sacerdote había muerto allí, (porque había entrado “en pecado”) Ocurría entonces que como nadie podía acceder a aquel lugar, sacaban el cadáver arrastrándolo con la cuerda.

Yo no estoy de acuerdo con esta teoría. Por varias razones. 1. Es demasiado macabro. 2. La Biblia no dice nada de esto. 3- El sumo sacerdote entraba “siempre” al lugar santísimo “en pecado” Esa era la razón por la que debía ir allí provisto de una vasija con la sangre de una victima inocente, a fin de expiar (limpiar) el pecado de su vida y su familia y recién ahí podía interceder por los pecados del pueblo. 4. Aclara Éxodo que las campanitas en el borde del manto son para que “el tintineo se oiga todo el tiempo que él, esté ante el Señor”

El ruido de las campanitas no es para que lo oiga el pueblo, sino para que lo escuche el Señor.
Ruido, habla de movimiento, de actividad, de trabajo. Silencio, en cambio, habla de quietud, estancamiento, pasividad. Pero ¡Atención! No es ruido ante las personas. Es ruido ante el Señor. Movimiento, vida, trabajo, ante el Señor. En la ministración privada.

Una persona que hace, va, viene, corre, trabaja, ante, o para los hombres; hace ruido en ese nivel, el nivel humano.

Una persona, que permanece dos horas callada, ante la presencia del Señor; aunque parezca que no hace nada y mas aun, pierde el tiempo, en realidad esta haciendo ruido a otro nivel: El nivel espiritual. Y es en este nivel -el espiritual- donde más ruido se debe hacer. Donde mas se debe trabajar, sin, aparentemente, hacer nada. Donde más hay que moverse, estando inmóvil y donde mayor actividad se debe desarrollar.

El “ruido” a este nivel, indefectiblemente provoca victoria, sobre los niveles inferiores, que son todos los demás.

El ruido a nivel humano, no significa casi nada. Solo provoca ulceras, problemas cardiacos y desgaste físico.

Recuerde, los apóstoles se negaron a correr de un lado a otro sirviendo las mesas y solucionando problemas, para dedicar ese tiempo a la oración.

David hacia muy poco ruido a nivel humano, cuando cuidaba ovejas en el desierto, al punto que ni su propio padre se percataba de su presencia. Pero era tal el escándalo a nivel espiritual que cuando Dios se quiso proveer de un rey para su pueblo, desecho a todos los varones de Israel y eligió al pastorcito de catorce años.

Los primeros treinta años de Jesús fueron de un total silencio humano, al punto que Lucas, queriendo poner en orden los eventos de su vida, solo encuentra tres días destacables cuando el muchacho tenia doce años. Treinta años de silencio humano y mucho ruido espiritual. Y cuando el ministerio lo llevo a hacer ruido a nivel humano, se cuido de pasar largas horas y a veces noches enteras, haciendo silencio a nivel humano y ruido a nivel espiritual.

El gran problema de nuestras iglesias hoy, es que están llenas de ruido a nivel humano. Si, hay música de primer nivel, predicaciones de una extraordinaria elocuencia, danza, saltos, oraciones congregacionales de todo tipo, seminarios, conciertos, encuentros, congresos. Corridas para ensayar, para visitar, para evangelizar, consolidar, discipular, enviar, apoyar y ufff...

Pero al nivel del espíritu, reina un silencio sepulcral, de esos silencios que lastiman los oídos, no se escucha volar una mosca.

El resultado: cada vez nos parecemos mas al mundo. Los problemas que antes solo afectaban a los “mundanos”, (infidelidad, divorcio, abuso de niños) hoy son nuestros mismos problemas.
El servicio se transformo en liderazgo. Los principios que rigen el liderazgo cristiano actual, son los mismos que usan las empresas multinacionales. Lejos quedaron aquellos principios neotestamentarios enseñados por el Mesías.

Demasiado silencio ante el Señor.

Bibliotecas enteras, seminarios y congresos de intercesión, oración y guerra espiritual. Pero poco tiempo para dedicarse a orar.

Biblias de todo tipo idioma y formato, pero poco tiempo para leerlas.

Mucha adoración, y bellísima, miles de álbumes y bandas. Más seminarios y conciertos de adoración. Una increíble excelencia en la ejecución de los instrumentos, un sonido perfecto, efectos de iluminación... pero la verdad, ya no recuerdo cuando fue la ultima vez que vi a un creyente, comenzar a cantar una canción cristiana y no poder acabarla porque el llanto se lo impedía.

Tanto ruido... tanto silencio...

De paso ¿Como están sus campanitas?



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miércoles, 20 de julio de 2011



GRANADAS…

Éxodo 28, termina de describir, la vestidura sacerdotal, que involucra al pueblo, y comienza a hablar, de aquellas vestiduras que tienen que ver con el sacerdote en si.

Lo cubre al sacerdote un manto. Lo que hace especial a este manto, es que en el borde tiene “granadas y campanitas” intercaladas (28:33-34)

No piense que una granada, es aquel artefacto bélico, que se lanza y produce una explosión. No, la granada, es una fruta.

Personalmente creo que la granada es una de las frutas más difíciles de comer. Si usted nunca ha comido una, no se ha perdido de nada, se lo aseguro. Debe ser quizá, la única fruta que contiene dentro de si, mil frutitas pequeñas. O sea tiene cientos de semillas, y cada semilla esta levemente rodeada por una pulpa dulce. Claro que si bien la pulpa tiene buen sabor, no así las semillas, las cuales no se deberían comer.

Así que usted se vera tentado, a morder aquello, y una vez que lo haga tendrá cientos de semillas en su boca, con una delgadísima capa de pulpa que las recubre y que tampoco es la reina de las delicias. Y para colmo, no sabrá que procedimiento llevar a cabo para lograr desprender la pulpa de la semilla (si succionar o intentar morder) Y si logra resolver este problema se encontrara con otro aun peor: Que hacer con las semillas que han quedado en su boca. Una situación verdaderamente traumática le aseguro.

Pero hay mucho de simbólico en el tema. Piense sino, en el protagonismo que tienen los “bordes de los mantos” en la Biblia: este del que estamos hablando, aquel que David, cortó a Saúl en la cueva, o aquel otro que la mujer con flujo de sangre toco y fue sanada etcétera.

Y quizá no halla un símbolo mejor para el fruto del Espíritu, que la famosa granada.

El Fruto del Espíritu, no son las almas que se ganan, o llenan una Mega-iglesia. El Fruto del Espíritu no es la palabra inspirada que usted pueda tener. El Fruto del Espíritu no son dones tales como sanar enfermos o expulsar demonios. El Fruto del Espíritu es aquello que describe Gálatas 5:22 y no son “Los Frutos del Espíritu” (en plural) Sino “El Fruto del Espíritu” (en singular).
Tal como la granada, es un solo fruto, pero compuesto por muchas virtudes “dulces” (Amor, Gozo, Benignidad… etcétera) y semilla.

El fruto es lo que provee reproducción. La semilla siempre esta en el fruto. O sea que sin “fruto” no hay crecimiento.

¡Cuidado! crecimiento no es: “multitud”. Usted puede tener crecimiento cero, y ser seguido por multitudes, o por el contrario, tener un enorme crecimiento, y tener escasísimos seguidores. Se me vienen a la mente Job, que ni su propia esposa lo seguía; o Jeremías con Baruc y un eunuco de seguidores; o Pablo con su: “todos me han abandonado” de la segunda carta a Timoteo; o del Mesías mismo, que en su hora mas oscura, solo fue seguido por su madre, el discípulo amado, y un par de mujeres mas. ¿Tenían “fruto” estas personas que mencione? ¡Si, por supuesto! ¿Tenían el crecimiento al que nosotros llamamos “crecimiento”? Vale decir: enormes templos, multitud de seguidores, poderío económico, reconocimiento social etcétera. Bueno ¡absolutamente no! ¡Todo lo contrario! Job estaba enfermo, Pablo y Jeremías presos y el Mesías estaba siendo torturado en la cruz. Pero le garantizo que eran cuatro “gigantes” espirituales.

En el borde del manto: fruto. Toda persona se conoce por su fruto. Pero en especial manera un sacerdote como usted. A la luz de Gálatas 5:22 ¿Cómo esta adornado el borde de su manto? ¿Hay muchas “granadas”, o a fuerza de arrastrar el manto por el suelo los frutos que lo adornaban se han ido desprendiendo? Medítelo sacerdote.


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domingo, 10 de julio de 2011

El Urim y el Tumim

Tiene el sacerdote como hemos dicho hombreras de oro con los doce nombres de las tribus de Israel grabados.
Tiene también el sacerdote, sobre el corazón, una lamina cuadrada, llamada pectoral. En ella, engastadas, hay doce piedras preciosas; cada una de ellas representa a una tribu de Israel y lleva esculpido su nombre.
Pero hay sobre estas dos cosas, algo que las sobrepasa en importancia: El Urim y el Tumim (“luces y perfecciones” en Hebreo)
Todo es oscuridad en cuanto a estas misteriosas piedras. Iban colocadas de alguna forma en el Efod del sacerdote, pero, nada dice la Biblia acerca de cómo se usaban. Si usted consulta algún diccionario bíblico, tal vez diga que eran usadas en forma de dados para conocer la voluntad divina.


Un día, siendo muy joven, fui a la biblioteca del seminario rabinico de Buenos Aires, solo para sacarme la duda acerca de este asunto. Ni siquiera sabia si me iban a dejar pasar. Pero fueron muy amables y en un comentario al libro de Éxodo, descubrí que los rabinos pensaban, que cuando el sacerdote quería consultar la voluntad de Dios, le preguntaba a las piedras. Si la voluntad de Dios era NO, las piedras permanecían opacas; en cambio si la voluntad de Dios era SI, las piedras adquirían un brillo cegador. Quizá esto solo sea una leyenda, motivada por el nombre de las piedras (“luces y perfecciones”) Nada sabemos acerca de esto, porque la Biblia nada dice.
Pero en algo están de acuerdo el señor del diccionario y los rabinos: las piedras determinaban la voluntad de Dios.
Más allá de la carga que se lleve, o del amor que se tenga por las personas que lideramos, lo mas importante es que en ellas se haga la voluntad del Señor. Aunque esto implique el ceder a nuestro hijo para la obra misionera, o invertir parte de nuestros recursos para abrir una nueva obra, y ceder personas y obreros valiosos, o tal vez dejar ir a esa oveja que nos es útil, y que tanta satisfacciones nos da y retener a la oveja enfermiza y cargosa.
Por mas que se este dispuesto a pagar el precio de llevar la carga. Por mas que se ame a las personas que lideramos. Si nosotros no logramos que “los nuestros” alcancen su máximo potencial habremos fracasado.

El autor de Hebreos, por revelación, describe el momento exacto en el que Dios tomo forma de hombre, y pone las siguientes palabras en los labios del Mesías:

“Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo.
Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios,
para hacer tu voluntad.
Como en el rollo del libro esta escrito de mi”
Hebreos 10:5-7.

¿Se puede entonces de alguna manera minimizar la importancia de la voluntad del Señor sobre la vida de una persona? Yo creo que no.

Los doce le están pidiendo al Señor que les enseñe a orar. El Señor gustoso de tal petición accede y les enseña el “Padre Nuestro”. (Mateo 6)

El Padre Nuestro, lejos de ser un “versito” que se debe repetir la mayor cantidad de veces posible, es la estructura de un edificio que debe ser rellenada con ladrillos, revocada, pintada y adornada. O un esqueleto que debe ser cubierto de carne, tendones, piel, y llenado con el Espíritu (Ez.37)

Las pautas del Padre nuestro son simples: Comienza declarando la paternidad de Dios sobre nuestras vidas y santificándolo. (Es normal, en los creyentes que oran, comenzar pidiendo perdón, pero no enseño eso el Señor) Primero la alabanza.

“Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre”

Lo segundo que se debe pedir es que el “reino de Dios” se establezca en la tierra, esto es tan importante que Juan, en Apocalipsis termina diciendo:

“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven, Y el que oye, diga: Ven…”
22:17.

El Padre nuestro dice:

“Venga tu reino.”

Ahora bien, la alabanza le pertenece a Dios. La decisión de “cuando” establecer el Reino de Dios en la tierra, solo le compete a Dios. Pero la tercer cosa que debemos pedir es:

“Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”

O sea que lo primero que un creyente le debe pedir a Dios, y que le corresponde hacer a el, como ser humano, es la Voluntad Divina para su vida.

¿Conozco yo cual es la voluntad de Dios para mi vida? ¿Y para mi familia, iglesia o ministerio? Si yo no se, cual es la voluntad de Dios para mi vida ¿Cómo podré realizarla? ¿Y como saber, cual es la voluntad de Dios para nuestra vida? Bueno, Urim y Tumim, no hay mas. Pero algo mayor que dos piedras hay en nosotros: El Santo Espíritu de Dios:

“…pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros…”
Romanos 8:26


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lunes, 4 de julio de 2011

El Pectoral del sacerdote

Muy bien, volviendo a Exodo y a las vestiduras sacerdotales, podriamos decir que parte fundamental de la vestidura del sacerdote es el pectoral.

Cada tribu esta representada en el, por una joya. No, un solo tipo de joya, sino doce joyas diferentes. Cada una de ellas posee una característica única, en cuanto a su color, su belleza, el reflejo que emite. Pero finalmente, todas son joyas.

El pueblo de Dios tiene un alto valor, no es basura, no ha de ser tratado como baratijas.

Las joyas hablan de la dignidad y la riqueza de quien las posee. Pero en este caso también hablan del alto valor, que las personas tienen, a pesar de ser tan diferentes unas de otras. Y es por eso que el pectoral va sobre el corazón. Representa el amor del líder por las personas.

Nadie puede liderar si su corazón no ha sido ganado antes por las personas que lidera. Ahora, cuidado aquí, el pectoral (amor) esta unido por un cordón de oro a las hombreras (responsabilidad, carga). Amor, no es amor verdadero, si no se hace lo debido. Amor no es solo complacer, amor es también firmeza, disciplina, enseñanza.

La disciplina, por ejemplo, es un acto de amor, si se hace con el fin de bendecir y edificar a quien es disciplinado. Pero no debe haber cosa peor que la disciplina, cuando es motivada por el rencor o la venganza.
Por eso un cordón de oro, unía, amor con responsabilidad.

Somos responsables de las personas que lideramos. Cada día, habremos de entrar a la presencia del Señor, con “los nuestros” sobre el corazón, y así presentárselos al rey. Pero el peso de responsabilidad nunca será quitado de nuestros hombros. Hemos de hacer crecer a los nuestros, aunque ese crecimiento muchas veces les provoque dolor. Eso también es amar.

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sábado, 2 de julio de 2011

ESTOY HARTO DE ORAR…


…y que Dios nunca me responda.

Ayer empecé a hablar de este tema. Dije que los requisitos básicos para recibir lo que anhelamos son: orar, pedir y conocer la voluntad de Dios (lo cual se logra en gran medida leyendo la Biblia)

Ahora bien, ¿Por qué razón, existen personas que oran, piden, y piden dentro de la voluntad divina, y aun así no reciben lo que piden?

Jesús esta dándoles las ultimas indicaciones a los apóstoles antes de ir a la cruz. Sus palabras trascienden a los doce y llegan a nosotros. Si estas palabras no fueran para usted, no estarían en la Biblia.
Dice el Señor:

“Ciertamente, les digo que mi Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre” Juan.16:23

“Hasta ahora, no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán para que su alegría sea completa” Juan 16:24

¿Para que diría esto Jesús si no tenía ninguna intención de cumplirlo? ¿Es una broma? No me parece que el Señor juegue con las emociones de la gente en esa forma. ¿Y entonces? ¿Es mentira? Si el Señor miente se acabó la fe. ¿Ese “todo” de Juan 16:23, es una exageración? Si esto es una exageración (mentira encubierta) todo puede ser una exageración: su deidad, su poder, su amor y por lo tanto Dios no es fiable, (digno de fe).

Algunos creen que el cumplimiento de estos textos esta sujeto a algunas acciones que nosotros debemos llevar a cabo.

Se dice que en Roma, existía una piedra que hacia llover. Cuando había tiempos de sequía, los sacerdotes en medio de unos rituales complicadísimos, sacaban la piedra en procesión por la ciudad de Roma y este ritual tenia una eficacia del ciento por ciento. Así que una vez realizada la procesión de la piedra llovía. Pero, había un pequeño detalle, como dije el ritual de la procesión era complicadísimo y cualquier error que se cometiese en el mismo, por más mínimo que fuera, anulaba la efectividad de la piedra.

Hay personas que creen, en lo que dice Jesús en cuanto a que el Padre nos dará todo lo que pidamos. Pero también creen, que esto esta sujeto a una serie interminable de requisitos (como la piedra que hacia llover) Entonces si uno falla en uno solo de los requisitos, Dios no le responde. Pero ¿sabe? Dios no es tramposo.

Bueno, en fin, ocurre que si Dios es mentiroso, exagerado o tramposo, como dijimos antes, la santidad, y por ende la fe, se hunden ¿Y entonces? Entonces, esto debe ser, tal cual dice acá: Dios me va a dar TODO lo que yo pida en el nombre de Jesús. A esto, no hay que darle vueltas teológicas, a esto hay que creerlo como un niño. Es por eso que una vez que yo lo haga “mi alegría será completa”. Juan 16:24

Ahora bien, todo muy lindo, pero nuestras propias experiencias personales, indican que muchas veces, hemos pedido y no hemos recibido. Pero si nosotros pedimos y no recibimos, Juan 16:23 y 24 es mentira. Ahora, yo me pregunto ¿No será que hay que pedir hasta recibir? ¿Y no será, que nosotros, cuando el tiempo empieza a pasar, sin respuesta, nos cansamos y dejamos de pedir?

La viuda y el juez injusto: “esto les decía acerca de la NECESIDAD de orar SIEMPRE y NO DESMAYAR”. ¿No será esta la clave? Nuestra falta de perseverancia.

Juan 16:23 y 24, si son verdad. Y es verdad, hay un requisito (o NECESIDAD) ¿Cual es? ORAR ¿Cuándo? SIEMPRE ¿y que mas? NO DESMAYAR.
No baje los brazos todavía. La voluntad de Dios es responderle. Pero hay un gigante a vencer: LA FALTA DE PERSEVERANCIA.

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viernes, 1 de julio de 2011

¿PARA QUE ORO, SI NUNCA RECIBO LO QUE PIDO?

Dejando Éxodo de lado. (Ya volveré) ¿Nunca se hizo esta pregunta? ¿Nunca le agarró, en uno de esos días fríos y nublados de infierno (perdón quise decir invierno) esa especie de depresión, que le impulsa a tirar todo por la borda? O quizá ante una crisis severa en su matrimonio, o ante la enfermedad persistente de uno de sus hijos, o ante la prolongada falta de trabajo, o peor aun, ante el exceso de trabajo pero la escasez de recursos económicos ¿nunca fue tentado a abandonar la oración, porque no “funciona”? Yo si. Por eso hoy le quiero hablar del asunto.





Voy a darle algunas razones sencillas, de por que no se recibe lo que se pide:

Primero: Si usted no ora, Dios no le responde. Parece obvio, pero no lo es tanto. La mayoría de los cristianos no oran (esta comprobado) Un gran porcentaje de pastores no oran (al menos en privado, y también esta comprobado).

Por alguna razón, Dios que conoce lo que deseamos, y más aún, lo que necesitamos, se niega a responder oraciones que no se hacen. ¿Por qué? ¿Dios es cruel? No, no lo es, ¿él lo ama tanto a usted, que quiere escuchar su voz? No tampoco. ¿Entonces? Dios quiere que usted se escuche a si mismo, hablando, alabando, dependiendo, declarando, decretando, la verdad de Dios. La oración no le hace bien a Dios, sino a usted.

Segundo: para recibir algo de Dios, se debe pedir ese “algo” Santiago 4:2: “ustedes no tienen lo que desean porque no lo piden”
Pedir, tiene mala prensa, parece mas espiritual alabar, agradecer, adorar que pedir. No obstante pedir es OBLIGATORIO (si usted no cree esto, lea el Padre Nuestro)

Tercero: Santiago 4:3: “Piden y no reciben, porque piden mal…” Dios nunca le dará algo que le haga mal, aunque usted se deshaga orando. No olvide, Dios es un Padre que le ama.
Aunque su hijo le pida, bañado en lagrimas, desayunar chocolates, almorzar helado, merendar caramelos y cenar torta de chocolate, usted no solo, denegara el pedido sino que en cambio, cocinara cosas completamente abominables para el pobre niño, como brócoli, sopas, espinacas y pescado ¿Por qué? La respuesta es obvia también.

Por eso es tan importante conocer la voluntad de Dios (de eso hablare en los próximos días) Y la voluntad de Dios se conoce a través de la Biblia.

Entonces para no hacerla tan larga hoy: Dios nunca le responderá, si usted no ora, tampoco responderá si usted no pide y menos aun si usted pide mal.

Si usted no conoce la escritura, siempre pedirá mal y Dios nunca le responderá. Entonces analícelo ¿ora y lee la Biblia? Si la respuesta es SI, mañana, quiero hablarle un poco mas de este tema. Si la respuesta es NO, aquí esta la razón por la que usted no recibe de Dios lo que anhela. Mañana no lea el blog y tome tiempo para orar y leer la Biblia.

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