domingo, 26 de junio de 2011

¿PARA QUE QUIERE HOMBRERAS UN SACERDOTE?

Es lindo el libro de Éxodo.
Es tan apasionante, la salida del pueblo de Israel de Egipto, las plagas, el Mar Rojo abriéndose, los diez mandamientos etc. Pero en el capitulo 25 el libro cambia dramáticamente y empieza a hablar de medidas muebles cortinas y se convierte en un libro difícil de leer. Pero en medio de ese desierto de palabras se pueden encontrar algunas joyitas. Por ejemplo, mira Éxodo 28. Moisés esta hablando de las “vestiduras sacerdotales”, hay riqueza para nosotros ahí.

Entre paréntesis: Parto de la base que vos entendes que sos un sacerdote, (sin importar tu sexo, “en Cristo no hay varón ni mujer”) desde el mismo momento que te convertiste ¿este punto esta claro? Sino… otro día hablamos

Dice que el sacerdote, sobre sus hombros al ministrar, llevará los nombres de las tribus de Israel grabados en dos hombreras. Recordándonos que ser líder mas que privilegio es responsabilidad. Una hombrera en un principio era un implemento practico, confeccionado a partir de algún material duro, como madera o cuero, que tenia como fin proteger el hombro del daño que causa el peso de la mochila que la persona llevaba colgada en la espalda. Es verdad que hoy, los militares, por ejemplo, ponen sobre sus hombreras las insignias que recuerdan su dignidad y jerarquía, otro fue su origen.
De la misma manera muchas veces se busca el liderazgo por la dignidad que este entrega. Y ahí se puede ver a líderes luciéndose como verdaderos pavos reales (¿o realmente pavos?) Pero ¿es eso el liderazgo? No se esta olvidando la enorme responsabilidad y el peso –la mochila- que el liderazgo conlleva. ¿Al líder de líderes la mochila en forma de una cruz no le rompió los hombros? Es verdad, habrá privilegios reconocimientos y dignidades en el liderazgo. Pero también habrá peso de responsabilidad y dolor, no existe el uno sin el otro. A propósito ¿Cuánto hace que no entras al lugar santísimo llevando sobre la espalda el peso de Israel? No me refiero, al Israel terrenal, sino a tu Israel particular; quizá una pequeña iglesia, una célula, una diminuta clase de escuela bíblica o tu propia familia.
Claro que esto te toca personalmente, porque (una vez mas) el Señor te llamo al sacerdocio, sin importar tu sexo, edad, o nivel de conocimientos.

 
Dios te bendiga
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