viernes, 30 de diciembre de 2011

UN AÑO DE PRINCIPADO

¿Se ha dado cuenta que hay algo diferente entre un príncipe y el resto de los mortales?
Por ejemplo, en abril del año que se va, aquí en Argentina, donde vivo, la TV difundió en cadena (todos los canales) el casamiento del Príncipe William y Kate Middleton.

Eso me llamo mucho la atención, por varias razones, primero porque no fui invitado... (es broma) Bueno la verdad es que era la primera vez que los escuchaba nombrar. En segundo lugar nunca en mi vida había visto semejante cobertura para un casamiento (estaba en Argentina cuando se casó Maradona y su casamiento no tuvo esa cobertura).

Ni a los ricos, ni a los famosos, ni a los exitosos, se les dio nunca la importancia que se le dio a William. Y yo creo que, el único merito que el, había hecho en su vida, para merecer tal honor era simplemente, ser príncipe.

Leyendo la Biblia, encontré en Ezequiel 46, un pasaje donde el Señor hace la misma diferencia entre "EL PRÍNCIPE" y el resto de los mortales, mire sino:


" Cuando el príncipe entre, lo hará por el vestíbulo de la puerta,
y saldrá por el mismo lugar. Pero cuando el pueblo se presente
delante del Señor durante las fiestas señaladas, el que entre
para adorar por la puerta del norte saldrá por la puerta del sur;
así mismo, el que entre por la puerta del sur saldrá por la puerta del norte.
Nadie saldrá por la misma puerta por la que entró, sino que siempre
saldrá por la de enfrente.
Y cuando entren y cuando salgan,
el príncipe deberá estar entre ellos". (vv.8-10)

Parece un pasaje sin importancia alguna, pero permitame intentar traducirlo un poco.
En el templo que menciona Ezequiel esta la presencia del Señor (su Gloria)

Antes de usted entrar a esa GLORIA, estaba en un sitio geográfico -posición, lugar- (el lugar al entrar, en realidad no es importante). Pero una cosa si era importante, que al salir de la GLORIA de Dios, estuviera en OTRA posición diferente.

O sea, la entrada a la PRESENCIA del Señor debía provocar en usted un CAMBIO de posición (de lugar, de paisaje, de aire, de rumbo).

Ahora bien, no podía ser que saliera a Izquierda o derecha, donde estirando un poco el cuello podría ver aquel lugar por donde entro (su antigua posición) y aquel lugar por donde hubiese podido salir.
¡No! Era obligatorio, dejar aquel lugar por donde entro a sus espaldas (dejarlo atrás) ¿Lo puede entender?

Usted entra a la GLORIA de Dios (en oración, adoración, en un servicio religioso) y al entrar usted estaba en una posición, pero al salir, su posición debe ser radicalmente diferente y aquel primer estado debe quedar a sus espaldas, ya que la GLORIA de Dios siempre lo impulsara hacia adelante.

Bien, ahora, el PRÍNCIPE, es diferente ¿observo?
El entra a la GLORIA en una posición, y luego vuelve al mismo estado:

"Cuando el príncipe entre, lo hará por el vestíbulo de la puerta,
y saldrá por el mismo lugar"

¿Por que la posición del PRÍNCIPE es tan importante? ¿Por que el la debe conservar?
Fíjese, el PRÍNCIPE debe estar "con el pueblo", ya sea que entren o salgan. Para poder hacer esto, el debe permanecer dentro del templo, o sea sumergido en la GLORIA de Dios. Y esa es la posición que debe conservar.

Finalmente, esta posición, es la que distingue a un príncipe del resto de las personas.
Príncipe no es aquel que nació de..., o le dieron tal credencial..., o lo reconoció tal organización.

¡NO! PRÍNCIPE es uno que vive en la presencia de Dios de continuo. Ahí el cielo y el infierno lo reconocerán PRÍNCIPE, mas allá de que el resto del mundo lo considere mendigo.
Y como PRÍNCIPE (o PRINCESA) el cielo le otorgara el derecho a "PUERTAS DE PRÍNCIPE"

" Y cuando el príncipe presente una ofrenda voluntaria al Señor,
ya sea un holocausto o un sacrificio de comunión,
se le abrirá la puerta oriental,
y ofrecerá su holocausto o su sacrificio de comunión de la misma
manera que lo hace el día sábado. Luego saldrá,
y tras él cerrarán la puerta." (v.12)

Le quiero recordar que, lo que nos hace príncipes, es que un día entramos por una puerta a la presencia del Señor y ya nunca mas nos quisimos ir. Ese día dejamos de ser huéspedes y nos convertimos en personas de la casa.

Samuel era hijo de Elcana y era de la tribu de Efrain. No era levita y mucho menos aaronita (la familia de donde salían los sumos sacerdotes). No obstante, un día se quedo a vivir en el tabernáculo, fue adoptado, y luego se lo puede ver en una posición sacerdotal: sacrificaba -cuestión reservada solo a la familia de Aaron- y dormía donde estaba el Arca del Pacto -un lugar a donde solo podía acceder el Sumo Sacerdote-

Así que en este año que comienza, valla a vivir a la presencia de Dios y deje de hacer visitas. Mudese allí, y en el cielo lo habrán de considerar PRÍNCIPE. Y como si esto fuera poco, se la abrirán puertas PRINCIPALES, a las que nunca antes tuvo acceso...

Le deseo un 2012 de PRINCIPADO.